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LA GALLINA
Durante los últimos 30 años el sector avícola se ha significado por ser él de producción ganadera más tecnificado. El elevado número de aves alojadas en cada nave, en cada gallinero, exige un manejo optimizado del conjunto de la población animal y jamás individualizado como ocurre en otras especies. Por ello, los controles periódicos y las mediciones exactas de la evolución de la producción, de la temperatura de las naves, del consumo de pienso por parte de las aves, del consumo de agua, etc. se hacen imprescindibles, y convierten a las granjas de gallinas en verdaderas "factorías" de producción de huevos, en las que todo debe estar planificado, medido y regulado. La selección genética ha sido capaz de obtener aves con un tremendo potencial productivo. En estos referidos 30 años las estirpes de gallinas explotadas de forma comercial han incrementado en 5 docenas su producción anual de huevos. Además, los genetistas han conseguido aves de menor tamaño, menores necesidades de mantenimiento, capaces de producir huevos de mayor gramaje y con un índice de conversión más bajo. En este contexto los nutricionistas han debido adaptar sus diseños nutricionales a los nuevos requerimientos de las ponedoras, y por tanto es fácil de entender la tendencia demostrada por los fabricantes de pienso a concentrar de manera progresiva el valor nutricional de sus dietas. |
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